Según la maravillosa Medicina Tradicional China todo lo que existe en la naturaleza es energía en perpetuo movimiento y transformación, y nuestro cuerpo está sintonizado con ella.
Cuando observamos, descubrimos esta estrecha relación entre nosotros y nuestro entorno; y no es difícil llegar a la conclusión de que las estaciones inciden directamente sobre las personas en todos los niveles: físico, mental, emocional…
Nuestro cuerpo busca siempre el equilibrio, pero necesita unos cuidados específicos para adaptarlo a las nuevas condiciones y que los cambios no nos tomen desprevenidos.
El otoño tiene que ver con la retracción, el recogimiento. El yin crece y el yang decrece, la luz del día se acorta y empieza a hacer frío. Es un momento para la reflexión que nos induce a la calma, nos invita a caminar de retorno hacia nuestro interior, y a enfrentarnos a esas partes más oscuras de nosotros mismos. Si estamos bien, y no tenemos conflictos pendientes del pasado, es época de crecimiento. Si por el contrario, ha habido tendencia a evadir los problemas que nos va planteando la vida, sea por miedo, por falta de capacidad para reaccionar y defendernos de las agresiones, sean reales o imaginarias, de nuestro entorno, entonces nos sentiremos más sensibles, vulnerables, melancólicos…
El otoño es época de descomposición y limpieza, los árboles eliminan las hojas y los animales cambian el pelo y se preparan para la época fría. Cada estación del año da protagonismo a un órgano determinado de los 5 que establece la MTC.
El Pulmón, asociado al Intestino Grueso, es el encargado de gobernarnos durante los meses otoñales. Para la medicina china el estado de nuestro sistema inmunitario y de nuestra capacidad de adaptación recae sobre el pulmón. De su bienestar y de su buen funcionamiento dependerá la circulación de la llamada Wei Qi o “energía defensiva”.
Los pulmones controlan la respiración y la energía y ayudan al corazón en la circulación de la sangre. Cualquier desequilibrio de los pulmones, producirá síntomas de deficiencia general del cuerpo, causando debilidad y cansancio generalizado, voz débil, complexión pálida, disnea, sensación de opresión en el pecho… La mayoría de las personas que padecen de los pulmones sienten una tristeza profunda que no son capaces de manifestar. Es frecuente ver que quien está triste presenta una postura muy característica: el pecho y hombros se cierran y no suelen ir con la cabeza en alto, suelen mirar hacia abajo. Esta postura impide la amplia apertura de la caja torácica, impidiendo que los pulmones inspiren profundamente, creando así un bloqueo de la circulación energética en la parte alta del cuerpo.
El pulmón es el órgano más vulnerable de ser atacado y el más sensible a las infecciones, ya que se encuentra en primera línea de defensa del organismo. Gobierna la relación entre el interior y el exterior a través de la piel y tiene la capacidad inmediata de protegernos de los factores patógenos externos. Es momento de hacer la separación de lo puro y lo impuro, exactamente como lo hacen los pulmones y el intestino grueso. El intestino grueso es un ejemplo de dejar ir las toxinas. Los pulmones son un ejemplo de respirar, recibiendo el aire fresco, y expulsando el dióxido de carbono. Este enfoque que nos ofrece la MTC de “traer y dejar ir”, tal y como nos muestra la naturaleza, es lo que hace que tengamos una buena salud.
Es momento de comenzar a preparar el cuerpo para los meses más fríos, eliminar lo innecesario, dejar ir los residuos, lo viejo, y aquellos aspectos de nuestras vidas que perjudican nuestra salud y que se manifiestan en un sinfín de enfermedades. ¿Un resfriado que no acaba de curar? ¿Una tos seca, irritativa, que dura ya demasiado? ¿Un estado de tristeza y apatía que empieza a prolongarse? ¿Eccemas en la piel que no desaparecen? ¿Dificultades para conciliar el sueño?
La medicina tradicional China recomienda alimentos de energía neutra y templada, insistiendo en los vegetales de color blanco (ajo, cebolla, jengibre, pera…) y en las semillas oleaginosas.
- CEREALES: arroz, cebada, avena, arroz glutinoso
- semillas oleaginosas: pipas de girasol, calabaza, almendras, castañas, nueces
- VEGETALES: (pequeños vegetales, contraídos y en especial los blancos): coles de bruselas, brócoli, coliflor, cebolla, nabo, hinojo, patata pequeña
- LEGUMBRE : soja, azukis, lentejas, garbanzos…
- ALGAS
- LIMITAR LOS LÁCTEOS (y a ser posible magros); en exceso pueden producir flema
- CARNES MAGRAS CON MODERACIÓN: pollo, ternera, pol
- FRUTAS DE OTOÑO: mandarina, manzana, naranja, pomelo
- HIERBAS Y PLANTAS AROMÁTICAS: tomillo, romero, salvia
- COCCIONES MÁS LARGAS, CON MAS FUEGO Y MAS PRECISIÓN: guisos, estofados, plancha, algún horneado, sopas, hervidos…
- EVITAR ALIMENTOS DE ENERGÍA FRÍA Y VIGILAR LOS FRESCOS
La energía del Metal se estimula con el color blanco y el sabor picante. Los picantes producen una sensación inmediata de ardor y sed. Calientan el cuerpo, estimulan el movimiento y la salida de fluidos. El sudor, la saliva, las lágrimas, el moco y la sangre empiezan a correr cuando se presenta el sabor picante. También se estimula la salida de líquidos digestivos, por lo que potencian la digestión. Tomar una infusión de jengibre antes de las comidas facilita la digestión incluso en los estómagos más delicados. Además, el picante es desincrustante, abre los tejidos y los limpia. Es muy útil en casos de bronquitis, asma y secreciones sebáceas en la piel. Pero ojo! consumido en exceso, el picante se convierte en dolor e irritación.
ADAPTÓGENO RECOMENDADO PARA EL OTOÑO
HUANG QI > Astragalus https://shenhai.com.ar/blog/el-poder-del-huang-qi
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